"Cuento para un niño ya adulto"
Un niño camina, se detiene, todo desaparece. Ha sido hipnotizado, ha caido en la fascinaciòn y encanto de un nuevo Flautista de Hamelìn. No, no es precisamente por el encanto de una flauta: es la consola que està en la sala de la casa de su tìo Santiago, escucha una mùsica.
Siempre acostumbra al llegar de la primaria, tirar los libros en su casa, la casa de sus padres y correr a la casa del tìo Santiago. Ahì encuentra todo. Llegando de la escuela es el mejor momento. Aùn no llegan los primos, la tìa en la cocina, el tìo en el trabajo. Es el mejor momento para usar los patines y gozarlos en el inmenso patio. Jugar con los carros de fierro, la pelota, la bicicleta y hasta las Barbies y juegos de tè de las primas. Este es un paraìso, en casa no hay nada de esto.
Pero ahora està absorto en la sala, escuchando desde las bocinas... ¿ Quiènes estan cantando dentro ? pero ¿ Còmo ? deben ser pequeñitos como su ùnico muñequito de plàstico azul. ¿ Còmo entraron ahì y en que momento saldràn ?.
Del mismo modo que el Gran Genio entra en la Làmpara Maravillosa de Aladino, el niño entra a travès de una de las bocinas de la consola. Ahì dentro todo està oscuro y sucio, huele mal, apesta. Se siente algo perdido, muy confundido. Las voces, los cantos aùn siguen.
- Deben estar cerca, pero ¿ dònde entre tantos cables ?.
Caminando con mucho miedo, descubre una luz que conforme avanza se hace màs intensa...
- ¡ Es ahì ! ¡ Ahì està el escenario !
Ahì estàn cantando El chapulin Colorado, El Chavo del 8, La Chilindrina, La Popis, Kiko...
...todos los payasos, payasos, payasos...
Ellos le sonrien y saludan mientras cantan:
...todos los payasos, payasos, payasos...
El niño feliz les sonrie y saluda. Busca un lugar donde sentarse para escucharlos mejor y cantar tambien:
...todos los payasos, payasos, payasos...
El es el ùnico en todo el auditorio de esa gran consola.
El Chapulin Colorado, El Chavo del 8, La Chilindrina, La Popis, Kiko... solo cantan para èl.
"Vitorino"
Vitorino es un borrachito que vive en el mercado del pueblo. Mi mamà me manda a dejarle su comida. No me desagrada la idea.
Cuando llego al mercado con la comida de Vitorino, tengo que bajar unos escalones y llegar a la entrada principal. Miro desde la reja, ya cerrada el interior del mercado. Todo es silencio, apenas el zumbido de algùn grillo. El mundo està detenido ahì. El puesto de frutas de mi tìo Jòsè Lara està cubierta con una manta blanca, ya sucia por el uso. Los puestos del carnicero, la tienda... todo està ahì sumergido en el silencio. Solo miro fantasmas que se delizan por los pasillos...
Desde la reja cerrada grito:
_ ¡ Vitorino ! ¡ Vitorino ! ¡ mi mamà te manda tu comida !
Como un ser de otro mundo, rengando y un paso lento, doblado quizà por los años, la reuma, el alcohol... sale Vitorino desde el fondo del mercado. Es una imàgen espectral, està rodeado de fantasmas, es el Cuasimodo de La Natividad.
- ¡ Ya voy ! ¡ Ya voy !
Vitorino se acerca. Su rostro es de una tristeza extrema. Sus bigotes largos y rubios muy descuidados lo mismo que sus cabellos. Parece siempre enojado.
¡ Ya voy ! ¡ Ya voy ! sigue retumbando por todo el mercado.
Le doy su comida que paso por los barrotes de la reja. Extiende su mano y toma la comida. Se dà la vuelta y con el mismo paso lento, casi eterno se retira. se dirige a algùn rincòn del silencioso mercado a compartir sus alimentos tal vez con seres de otro mundo...
"Vitorino"
Vitorino es un borrachito que vive en el mercado del pueblo. Mi mamà me manda a dejarle su comida. No me desagrada la idea.
Cuando llego al mercado con la comida de Vitorino, tengo que bajar unos escalones y llegar a la entrada principal. Miro desde la reja, ya cerrada el interior del mercado. Todo es silencio, apenas el zumbido de algùn grillo. El mundo està detenido ahì. El puesto de frutas de mi tìo Jòsè Lara està cubierta con una manta blanca, ya sucia por el uso. Los puestos del carnicero, la tienda... todo està ahì sumergido en el silencio. Solo miro fantasmas que se delizan por los pasillos...
Desde la reja cerrada grito:
_ ¡ Vitorino ! ¡ Vitorino ! ¡ mi mamà te manda tu comida !
Como un ser de otro mundo, rengando y un paso lento, doblado quizà por los años, la reuma, el alcohol... sale Vitorino desde el fondo del mercado. Es una imàgen espectral, està rodeado de fantasmas, es el Cuasimodo de La Natividad.
- ¡ Ya voy ! ¡ Ya voy !
Vitorino se acerca. Su rostro es de una tristeza extrema. Sus bigotes largos y rubios muy descuidados lo mismo que sus cabellos. Parece siempre enojado.
¡ Ya voy ! ¡ Ya voy ! sigue retumbando por todo el mercado.
Le doy su comida que paso por los barrotes de la reja. Extiende su mano y toma la comida. Se dà la vuelta y con el mismo paso lento, casi eterno se retira. se dirige a algùn rincòn del silencioso mercado a compartir sus alimentos tal vez con seres de otro mundo...