domingo, 19 de agosto de 2012

Tenías razón Franklin

   Extraño es ver a un cormoran cruzar el cielo azul de Cunduacán. Mi amigo Juan me dijo que Cunduacán no es un pueblo, que es una ciudad... yo me sorprendo, para mi Cunduacán es un pueblo. No quiero que pierda el sabor a pueblo.

   Una ocasión, Franklin Rufo se paró en medio de la calle Madero, frente al palacio municipal y echó la mirada al fondo de esa calle, sentí su mirada atravesar desde el palacio hasta las cercanías de la casa del pueblo, o más allá, dijo con admiración: ¡ parece Villahermosa !. Yo me reí un poco sorprendido, Franklin se había admirado por la gran cantidad de carros que habían ahí estacionados, a esa hora. 

   Que Cunduacán pareciera Villahermosa, era como un logro, una realización plena. Esta ocasión fué tal vez por algún evento. hoy esta calle luce así a diario y lejos de alegrarme como Franklin, me produce naúseas. Cunduacán, es cierto, se está alejando de ser un cálido pueblo y se convierte en una ciudad infestada de carros. Hace días ya ví funcionar nuevos semáforos...







No, no me gusta Cunduacàn con tantos autos...

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